domingo, enero 18, 2009

DIVAGO MI NOMBRE.


¿Qué de mis huesos si hubiera olvidado mi nombre? ¿Dónde vagaría mi oquedad si las ventanas hubieran cerrado postigos? ¿Qué de mis parónimos si los libros no existieran?

Acaso talle hojas de molde y refranes en paredes que dejaron de mirarme. Quiera el sino, tal vez, que mi nombre se pegue a devaneos del camino y ruede por pendientes escabrosas.

Bienvenido el azar de esa fortuna.

Pues al morder fango y transitar oscuridad, vuelvo fortalecida. Y resuena entonces la propia voz con el propio nombre más afanoso. Y el lodo deviene en ópalo que me sostiene ante diluvios.

Y troca la oscuridad en luz e inunda los resquicios donde antes moraban fantasmas.

Que parten ante el fénix renaciente.

©Viviana Álvarez

2 comentarios:

Rayén* dijo...

Me dejó una sensación de tristeza en la boca... Aunque hay esperanza cuando ponés "vuelvo fortalecida" y "el fénix renaciente". Pero lo que más me tocó fue "Acaso talle hojas de molde y refranes en paredes que dejaron de mirarme". Supongo que es triste que ya no te miren aquellas cosas/personas que antes lo hacían.
Muy lindo, suerte!

Darson Joyce dijo...

Que hermosas palabras! Me llenaron de arte el día.
Te felicito. Sin dudas voy a volver por aca.
Te espero en mi mundo de palabras perdidas.
Matías.