lunes, diciembre 21, 2009

CUENTO EN TRES ACTOS (Tercera Parte)

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TERCERA PARTE :

                                 FINAL SIN FIN

 

 

Su amor por Bejamin, ¿era más fuerte que su patriotismo?

Así pasaba los días debatiéndose entre interrogantes, que lo aprisionaban en estentóreos ataques de ira, o de llanto. No podía ser ajeno al sufrimiento de su tierra, tampoco evadirse de su condición de vampiro. Ni del amor o la fidelidad hacia su creador.

 

Una calurosa noche de 1930, Benjamin retornó.

- ¿Cómo estás mi querido Taylor Laughness? – sonó la atronadora voz.

Incrédulo, no quiso darse vuelta.

-¿Acaso no has de darme la bienvenida al hogar?- susurró Benjamin.

- Temo que sólo sea una ilusión.- contestó Taylor con brillantes lágrimas carmesí fluyendo.

-Por supuesto que soy el mismo Benjamin Mc. Fellow que partió hace años. El mismo que no pudo estar un día sin pensarte o extrañarte, el mismo que vuelve a ti para ser feliz. Tal como lo prometí siglos y siglos atrás.- fue la delicada respuesta.

Se abrazaron largamente mientras contaban por lo bajo sus sensaciones de soledad. El amanecer enrojeció el cielo, y era esa una escena vedada a aquellos seres.

 

Aquella noche todo era alegría. Sentimiento que percibían y les dejaba esbozar alguna sonrisa.

Yacieron en sus ataúdes hasta la noche, soñando con tantos años de penas, de luchas y la sensación que aún quedaban cosas por terminar. 

En 1931, recorrieron el mundo.

Compraron propiedades en cada país que visitaron.

Esto era todo un problema, debían cambiar los nombres, nacionalidades y edades. Reciclaron las casonas que ya tenían desperdigadas con el paso de los siglos, adecuándolas a las épocas que corrían.

 

Las luchas en las que participaron antaño, dejaron huellas. Avanzaba el modernismo y lograron adaptarse. No sólo en las vestimentas, también en sus hábitos. Aceptan otros alimentos y, para su sorpresa, poco a poco, resistieron el sol.

 

Allá por los sesenta, hubo un par de separaciones más. Benjamin se instaló en Estados Unidos de América, Taylor en Inglaterra. Sus actuaciones políticas fueron más notorias.

Descubrieron que un par de vampiros podían hacer mucho. Algunas cosas que para los mortales eran problemáticas, para ellos no.

 

En 1975 cruzaron sus caminos. Ya no existía amor. Sí un profundo respeto y cariño. La vida los había llevado a contraer distintos compromisos en los países de residencia.

 

En los noventa sobrevino la separación que aparentaba ser definitiva.

 

Los recovecos del destino, que también rige a los vampiros, los asoció de una manera impensada en 2003. Cada uno, se reencontró entre primeras planas, bombas y críticas mundiales, en Irak.

©Viviana Álvarez     
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1 comentario:

Rayén* dijo...

qué buena historia! medio triste como termina, y re original también.
me podía imaginar a ellos dos juntos a través de los distintos años. siempre en las historias de vampiros hay como una mezcla de pasión y de lo prohibido, siempre me sugirieron eso.
que termines bien la navidad y empieces el 2010 con todo :)
cuidate!