martes, mayo 20, 2008

redimo a la oscuridad...


redimo a la oscuridad
...........que poblaba mis horas

detrás de truenos
........... y vacíos estériles

renacen tus manos
............urdiendo mi piel

©Viviana Álvarez

esta cuestión de esconderte...


esta cuestión de esconderte
y buscar negruras

esta cuestión de no verte

esta inquietud que abrasa
tu paso
y dilapida interrogantes
allende tu coraza

te hace no distinguir
horizontes

donde calló el espanto
su lápida

y es fulgor la noche
que te copula el alma

©Viviana Álvarez

LOAS AL SILENCIO (Poemas a Ella, encadenados)



I

ella, que mira la vida
pasarle de lado
y atisba voces
en las muchas que la habitan

ella, que revive de noche
y muere al alba

silencia palabras
y canta silencios

ella, es piedra escondida
en médanos de oscuridad


II

la que posee diásporas
de alondras tempranas

la que es viento y marea
no sabe de vida
concibe muros

ella, que experimenta razones
no tiene razón
para el suicidio de su alma


III


inventa motivos
y surca milagros

no piensa en ella
es tan sólo fantasma
que arropa distancia

ella, que fue brisa
y esparto

abre ventanas
y anula puertas


IV

a veces renace

cuando el sol
bordea sus cauces
y es castidad
la negrura que la invade

(sólo a veces)
parece renacer


V

entonces talla
en sus sienes
la efímera sonrisa
que espanta sombras

entonces es mueca
y borda espejos

antes de anochecer
su hado

VI


se busca el reflejo
que profana la luna

ella, que no
entiende a la muerte

cae silente
y busca su nombre


©Viviana Álvarez





jueves, mayo 15, 2008

ENTONCES FUE LA VIDA


Echó un vistazo, suspiró nostalgia, tragó recuerdos. Irguió la frente con la antigua convicción de saber qué hacía. (¿Sabía?). Descendió infiernos hasta tomar la calle y mezclarse con el gentío. Allí, a salvo de pesadillas, seguiría sus delirios.
Recordó elegías entonadas antaño, cuando libre escogía caminos y muecas; cuando dependía de él y los fantasmas aún no lo habían encontrado. Por un momento sonrió.
Por un momento.
Su vida eran retazos desperdigados en límites inexistentes. No conservaba memoria de ellos. Eso lo hacía diferente.
Entre otras cosas.
Acalló máscaras que musitaban a su alrededor secretos que él sabía de memoria. Secretos que emergían ahora y se enmarañaban en carruseles de ideas que pretendía ajenas.

Siempre se sintió extranjero en su lar.
Siempre fue nadie buscándose en espejos y charcos.
Siempre se supo otro dentro de sí.

Volvió sobre sus pasos, no echó vistazos, exilió nostalgia, vomitó recuerdos y renació en humano.


©Viviana Álvarez

sábado, mayo 03, 2008

¿qué soy yo?


¿qué soy yo?
si apenas soy
lo que me hicieron
creer que era


©Viviana Álvarez