jueves, diciembre 28, 2006

miércoles, diciembre 13, 2006

no soy yo


no soy yo
la que ríe desde nieblas
no soy yo
el llanto noctámbulo
que te llega cuando las ganas
esfuman deseos y cierne la noche
su mano de frío

Viviana Álvarez

SENRYU

yo no sé de lluvias...


yo no sé de lluvias que borran heridas
ni de relojes detenidos por manos de sus dueños

sé del tiempo que lame penas con salada lengua
desiertos en camas vacías
pensamientos que andan por eternos valles

sé del amor a destiempo
de la espera acompasada en violines sin viento
de sueños que duermen en mantos
esperando el beso que los saque del fango

sé de tu amor en el aire
de la luna burlona que teje tu forma
y mira mi alma divagar en silencio
sé de una esperanza que acuna mi aliento
más allá de pesares y mares quietos



Viviana Álvarez

jueves, diciembre 07, 2006

juré olvido ante el espejo

de alguna manera tendré que olvidarte
por mucho que quiera no es fácil ya sabes

Luis Eduardo Aute


juré olvido ante el espejo
desterrar tu imagen
conjurar el tiempo
no buscarte más

vana inquietud

llevo tu imagen
prendida en las márgenes
de la sinrazón


Viviana Álvarez

jueves, noviembre 30, 2006

martes, noviembre 28, 2006

¿cómo decirte? IV






¿cómo decirte que urdo imágenes en noches yermas? Urgencia de tus manos asedia mis ocasos y cada paso me lleva hacia el abismo.
¿cómo decirte que la niebla se apodera de mi lar y no hay alondras en mi voz? Que enmudeció llamando estériles sombras que tienen tu olor.
¿cómo decirte que vago cielos oscuros? que los astros me abandonaron. Ya no hay llanto ni cánticos para ofrendarte, sólo desierto.

Donde vaga mi máscara sin recordar mi mundo antes de vos.

Viviana Álvarez

los ángeles no saben

desde mi vastedad que conoce desiertos

lunes, noviembre 27, 2006

dejo mis penas

¿cómo apartar de mí tu sendero ...?




¿cómo apartar de mí tu sendero
que conduce a campos plenos?
¿cómo disipar tu figura
huracán y sosiego?

tal vez transite mi brújula
distinto destino
del tuyo fagocitado en distancia
que implacable desune voces y cantos

tal vez mis pasos sean cascabel y duende
en templadas manos que no serán las tuyas

insondables preguntas avizoran destellos
a luz de gotas que derraman ausencia

y no será tu voz en mi piel de hambre

tal vez escrito en fuego quede trunco
este amor sin tiempo

más no será olvido que cubra de esparto
tu ser en mi vida que llevará por siempre
tu alma en la mía

Viviana Álvarez

beber del acaso

viernes, noviembre 17, 2006

¿qué te cuente de mí?


¿qué te cuente de mí?
que destejo soledades a la luz de ausencias
que urdo destinos ajenos en pos de quimeras
que soy sueño y trino
viento brisa detrás de cometas

¿qué te cuente de mí?
que acuno lunas sobre silentes estrellas
y voy a tientas en búsqueda de un sueño
bruja noctámbula seguida por vampiros
que susurran versos sobre mi memoria
akásica

¿qué te cuente de mí?
sombra luz
alondra

la que sueña a escondidas de la gente
la que borda ilusiones en barcos de nubes

la que deja su alma en letras breves



©Viviana Álvarez

jueves, octubre 26, 2006

LEYENDA EN MAR



Sabido es por todos que los ángeles custodiaban los acantilados, cada noche. Vigilaban el mar para proteger a Erín de los enemigos. Sus linternas mágicas parecían luciérnagas en la noche y confundían a los que osaban siquiera pensar en invadirla.
Es por esto que el cielo irlandés es el más diáfano, sus estrellas más grandes, las noches más claras y el mar es el más bravo y fuerte.
Cuentan los bardos que las arpas de estos vigías estaban encantadas y que al hacerlas sonar regresaban a Eire todos los que alguna vez partieron y estaban diseminados por el mundo añorando su tierra, que es mágica. Cantan en sus poemas que las arpas siguen entonando la dulce melodía y no cesará hasta que regrese a la isla hasta el último de sus hijos.
Es tan tarde, de madrugada, y no dejé de oír durante mi descanso una tibia canción que aún fluye en mis sentidos y en mi alma.
Niniane (Viviana Álvarez)

¿CÓMO DECIRTE? III



¿Cómo decirte que amanecí nublada? Que es viento el llanto que roza tu ausencia.
¿Cómo decirte que es noche mi solitud (des)poblada? Y murmuro penas en vanas esperanzas, que aprendieron de memoria la elegía de tu voz.
¿Cómo decirte que musita el silencio tu nombre entre espinas? Y dibuja sus márgenes, vacío impenitente de estériles llamadas.

Viviana Álvarez

lunes, octubre 23, 2006

FOSFORESCENCIAS NOCTÁMBULAS

Invierno, todo se adormece y parece más grande, los ojos miran el mundo detrás de los vidrios empañados por suspiros. Noches largas, condensadas en la atmósfera rancia de no saber que hacer con las horas cansadas. Tal vez sea el teléfono el que desaletargue del espejismo, tal vez el timbre de la calle, (aunque nadie se anima a salir cuando el frío corta las mejillas), tal vez una ilusión auditiva y nada de esto suceda y sea la imaginación mentirosa la que juega con los sentidos faltos.
Agosto, invierno crudo, se acostó porque estaba aburrido, ni siquiera la lectura lo reconfortaba así que decidió apagar la luz y dormirse rápido (como si uno pudiera decidir estos asuntos). Cerrando los ojos, entró en una pesadez atípica, se dijo que estaba muy agotado, fue cuando el vértigo lo tragó en un espiral fosforescente. Cabeza para abajo, cabeza para arriba, giraba en una calesita negra. Dentro del espiral que en cada giro se iba ciñendo más contra el, como mujer urgente desnudándolo e invitándolo a besar su boca lujuriosa. Entonces el deseo y su sexo y las ganas y ella lo abrazó fuerte contra su desnudez con un gemido casi salvaje y el se sintió desfallecer en un quejido ahogado.

Y el espiral fosforescente y el aire que no llega y las sábanas de negro raso brillante.
Viviana Álvarez

¿CÓMO DECIRTE? II


¿Cómo decirte que tejo distancias con tu ocaso? ¿Que la luna no llena mi cielo baldío? ¿Que las nubes rodean mi borde asfixiándome?
¿Cómo decirte que vago noches en soles profanos, que es mueca la luz que golpea mi puerta? No hay mares ni olas en mi dantesco solar.
¿Cómo decirte que tu susurro está poblado de otras voces? Ángeles/demonios que pugnan por salir, se alimentan en mí.

Viviana Álvarez

PARA EL PROGRAMA MOMENTOS, A RAMÓN, A ROXANA, FITO, Y AL COORDINADOR GENERAL, RAMÓN GONZALO



Con todo mi agradecimiento y cariño. Vaya un saludo emocionado para todos ustedes.



Hay momentos que la luna se oscurece
y no brillan las estrellas
todo palidece bajo la blanquecina
esquela colgada de la noche
Hay momentos que el sol resplandece
aún en cerradas noches
nublados cielos
vientos agoreros
Hay un momento que acompaña
el decir/el vuelo/
en una cálida voz que acuna letras
teje madejas con palabras
en una sola
poesía

Viviana Álvarez

lunes, octubre 16, 2006

deambulo soledades




deambulo soledades a la vuelta de olvidos
llevo mi alma a cuestas por caminos despoblados
donde los cuervos danzan fulgurantes concilios
entre vida y sobrevida
deambulo abismos en la esquina de la vida
donde se baten a duelo esperanzas e ilusiones
quimeras acústicas de otro cielo que no es el mío

Viviana Álvarez

soy sombra y páramo

lunes, septiembre 18, 2006

confusos




confusos
soplan los vientos
mezclando pasiones
recuerdos / futuros
vendaval
del alma acunada
en vacías rocas
donde duerme
el duende que baraja
las cartas.



Viviana Álvarez

martes, septiembre 12, 2006

martirio de las almas que avanzan en miríadas

martirio de las almas que avanzan en miríadas
soslayando siluetas en pergaminos
donde la sangre no alcanza
donde la vida no alcanza
para garabatear arabescos infames
de postreras incursiones
en el páramo final.



Viviana Álvarez

las hogueras lamen nuestra cópula

las hogueras lamen nuestra cópula
en amaneceres desgajados
entre desprolijas sábanas



Viviana Álvarez

domingo, septiembre 10, 2006

A JULL - mi amigo del alma -


Decir amigo, es decir juegos
Joan Manuel Serrat


sin tu voz
seria páramo la vida
existencia fútil
desprovista ausencia
si no fueran tus manos
devorarían mi alma
oscuros abismos
más son tu voz y la mía
celestiales cantos
allende penas
desvaríos mutuos
puentes desde tu corazón
al mío

Viviana Álvarez

cada quién con su muerte a cuestas

cada quién con su muerte a cuestas
por peñascos sueltos

cada quién con su cruz en la espalda
por pesados Gólgotas
que ahogan esperanzas

cada quién con un poema parido
desde el centro hacia los bordes
donde estalla la cadencia
del grito no copulado




Viviana Álvarez

¿CÓMO DECIRTE? I


¿Cómo decirte que se me hiela la sangre ante tus manos ausentes? Que son vanas las lluvias. Y no hay astro en el cántaro de las nocturnas aves, desde que tu voz silenció.
¿Cómo decirte que recorro sigilos en pos de tu piel? Y el mundo no rodea mi periferia, que yace en un rincón de la alcoba.
¿Cómo decirte, si mi canto feneció en tristezas que llevan tu silueta? Y desdibujan constelaciones que no te nombran porque enmudeció mi alma, esperándote.


Viviana Álvarez

domingo, septiembre 03, 2006

tu arteria barrosa

tu arteria barrosa
pulula agonía
dolor sumergido
muertos no enterrados

Río de la Plata
decadencia/ hambre

suplicio interminable
tu fondo atormentado
voces acalladas
vuelos de la muerte

Río de la Plata
tumba sin nombre
¿devolverás algún día
los restos que tragaste?



Viviana Álvarez

porque sin vos no son mías

porque sin vos no son mías
las noches

porque tu ausencia
dibuja el color del pecado

porque no brilla la luna
sin la claridad de tus ojos
que dejaron de mirarme

porque entibia mi alma
el recuerdo vacío
de saber que fuiste
vida
en mi cama vacía



Viviana Álvarez

no parten lágrimas desde órbitas vacías

no parten lágrimas desde órbitas vacías
ni sangran venas secas de vida
tormentas no inundan cuerpos inertes
saberse vivo de cara al sol
mejor que parir soledades
en la esquina de la incertidumbre.


Viviana Álvarez

jueves, agosto 31, 2006

SABER MIRAR



Si pudieras ver en las profundidades del mar irlandés, pero ver bien, te darías cuenta que sus aguas no son comunes. Te asusta, pues golpea con la fuerza de mil dragones contra la roca indómita. Si te paras al borde de los acantilados, seguramente has de marearte, pues su vaivén recuerda los antiguos nudos celtas. Símbolos infinitos labran sus olas con la espuma.
Pocas son las personas que osan posar su planta bien al borde de las rocas y mirar. Pero mirar bien.
Daphne O´Flee lo hizo.
En aquellos días que se pierden en la memoria de los tiempos, Daphne, niña aún, sentía una atracción especial por los azules y sus olas. Cada día, aún contra los retos maternos, se escapaba a los acantilados. Y allí pasaba tardes enteras, pues ella sabía mirar el mar. Mirarlo bien.
En sus escapadas, la pequeña hablaba con cuánto ser mágico te puedas imaginar. Al atravesar el bosque para llegar al mar, legiones de elfos de los árboles salían a su encuentro, luego, ya a campo abierto, los leprechauns la seguían en su andar. Más al llegar a los acantilados, quedaba a solas. Y allí entablaba largas charlas con las ondinas. Toda especie de estas hadas de las aguas la rodeaban, invitándola.
Danzaban frente a ella, entonaban sus hechiceros cánticos, que Daphne sabía acompañar a la perfección. Pues, tras tanto concurrir a esas tertulias, terminó por sabérselos de memoria. Largos bailes con dulces melodías feéricas endulzaban las tardes de nuestra niña, que se sentía transportada a dimensiones elevadas. Lugares donde la razón no acude y la magia es la única que reina.
Hablando de reina, los habitantes del lugar, algunos descendientes de la familia de Daphne, cuentan que una de aquellas extasiadas tardes, se le presentó la reina de las ondinas. Y la invitó a mirar el mar.
Mirarlo bien.
La madre la buscó toda la noche, convocó a los vecinos del condado en su desesperación, pero no la hallaron. Pasaron días tratando de saber de ella, en vano. Hasta convocaron a los antiguos espíritus, implorando su ayuda. Tampoco resultó.
Pasaron meses.
Una de esas noches, cuando la pobre mujer no tenía más lágrimas para derramar, oyó su nombre en el aire. Era la voz de su hija desde los acantilados.
Hacia allí corrió. Elfos y leprechauns la ayudaron para llegar más a prisa. Más al acercarse a los acantilados, quedó en soledad. Y allí, vio a Daphne en el mar, entre ninfas y ondinas, elevándose hasta alcanzar a su madre, entonando aquellas estrofas que hablaban sobre mirar el mar irlandés.
Mirarlo bien.

Viviana Álvarez

cuando se agoten las fuentes

cuando se agoten las fuentes
del amor innombrable
y sólo queden páramos
será
ausencia convicta
tu desdibujo
en mi llanura



Viviana Álvarez

¿CÓMO DECIRTE?


¿Cómo decirte que la ausencia dibuja formas en el silencio? ¿Y la lluvia trae el rumor sempiterno de tu voz? Lejanos vientos conjuran estrellas en un cielo absurdo, que mira desde sus cúspides mi soledad.
¿Cómo decirte que dibujo olvidos con tu sombra? ¿Qué los verdes trocaron a negros y la paleta cayó de manos del pintor? Madrugadas peregrinas vienen a buscarme, y hallan tan sólo recuerdos de quién fui.
¿Cómo decirte que poseo la pena más sublime en las profundidades de mi sol? ¿Qué no hallo resquicio para huir? Sólo bruma rodea mi espectro, que vaga en las ruinas de mi pesar.

Viviana Álvarez

domingo, agosto 20, 2006

desde la claridad que perfora ventanas

desde la claridad que perfora ventanas
con espectrante luz
rincones oscuros donde los lémures
danzan prodigiosas melodías
brota el soliloquio de tu voz
coronada en nácar
tus manos abarcando mi continente
y al tierno murmullo de grillos y mirlos
hombre suave tallado en lunas
derramas tu luz en mis profundidades


Viviana Álvarez

domingo, agosto 13, 2006

POBRE VAMPIRO APESADUMBRADO

Pobre vampiro apesadumbrado,
despertó de su letargo, gélido aliento,
cruel y acongojado
desplegó eterno las negras alas al viento.

Deambuló solitario los tejados,
buscó un cuello donde regocijar
sus ansias.
Olvidar la eternidad.

Pobre vampiro apesadumbrado.
Pretendió agotar a su víctima
y acabó eternamente enamorado.


Viviana Álvarez

LOCURA


Herida sangrante
intenta sanarse
a la luz de la estática luna.
Gesto sin forma
urgido de espirales
espectrantes.
Agazapados en la sombra
aguardan saltarme encima
para no soltarme.

Viviana Álvarez

INSOMNIO DE MÁRMOL


El ángel insomne
desvariaba entre mármoles.
Arruinadas ropas, vestía de musgo.
Contemplaba exánime, desde las alturas,
la vida pasar al revés de los muros.
Rostro mellado, estáticos ojos.
Lloraba de noche,
algunos lo vieron.
Murmuraba en silencio una letanía,
con voz de granito
y mármol.
El ángel insomne
sufría en silencio.
Desprolijos cabellos, frente erosionada.
Quiso una noche mirar las estrellas,
volar a la luna,
salir de la cripta.
El cielo, implacable,
descargó su furia.
Recordó al ángel
que él no era,
que no existía,

sino en las penumbras de La Recoleta.




Viviana Álvarez

domingo, agosto 06, 2006

el musgo trepa por tu alma


el musgo trepa por tu alma
anidando los muros más oscuros
habita recovecos sin destino
que vagan en poemas
solsticio de diciembre
ilumina mi hálito
recorriendo tu interior
a veces adiós
es demasiado triste
es demasiado absurdo
demasiado tarde
cuando el alma teje madejas
que no quieren desentrañarse



Viviana Álvarez

martes, julio 25, 2006

he de volver a mis ancestros

he de volver a mis ancestros
a regocijar mi alma en sus duendes
con este hombre tan tierno que
mi caminó atravesó con su mirada

he de volar a la cumbre de montañas nevadas
para ser águila y proeza
de la luna enmascarada

he de renacer en pétalos al alba
inundar tus centros con el bálsamo
de mis madrugadas

y al hundirse el sol en ocasos
quedarán en las estrellas las huellas
de tus brazos rodeando mi cuerpo


Viviana Álvarez

sábado, julio 22, 2006

VIENTOS CRUZADOS




El viento de las brujas le llevó las ilusiones. Desprovisto de aquellas, anduvo por senderos espinosos. Dejó de lado sus creencias, que no eran muchas, pero lo sostenían. Al no tener expectativas y descreer del entorno, abandonó la búsqueda de duendes entre las hojas secas.
Una semana después de la pérdida, cedió en consignación las esperanzas. Y siguió respirando.
Desilusionado y desesperanzado trepó al edificio más alto. Un día lluvioso.
Descendió conjuros, elevó oraciones, nada. Allá arriba se sentía poderoso. Pegó en sus hombros alas de papel barrilete que siempre portaba en los bolsillos.
El primer intento fue estéril. Al segundo despegó unos milímetros. Al tercero, ah! Al tercero planeó evadiendo las gotas.
Se elevó tan alto que la ciudad toda parecía puntos suspensivos. Cuando amainó el aguacero, cuando el sol restituyó su poder en los cielos, el viento de las brujas le devolvió lo que se había llevado.
Justo cuando venia en picada.
Viviana Álvarez

sábado, julio 08, 2006

derramó la vida



derramó la vida
en copas vacías
caminó hacia el este
cuando el sol se ocultaba

desde su lucerna
vio pasar los años

cuando ya no quedaba vestigio
cuando era tarde
para todo pacto

para conjurar lo irreversible

derramó entonces la vida
(nuevamente)
en pos de quimeras a destiempo
y corrió tras el sol naciente
incinerando pecados
sombras y demonios
que comían de su entraña
resquemores baldíos.

Viviana Álvarez




viernes, julio 07, 2006

LEYENDA DE LOS ACANTILADOS









El mar irlandés muere con furia contra la roca indómita. La espuma se despedaza en mililitros de gotas aturdidas. La piedra parda parece tallada a mano, vaya uno a saber por qué antiguo dios caprichoso. Visto fríamente, no es más que roca, y esta leyenda no son más que palabras contadas por generaciones.
Pero dicen los irlandeses más viejos que los acantilados tienen vida propia.
Cuentan que eran muchos los que querían apoderarse de Eire, y, antes de siquiera poder desembarcar, desaparecían. Todos atribuían esto a algún antiguo conjuro. Cada vez que alguien pretendía ocupar la isla por la fuerza, los acantilados se agigantaban.
Hasta que una noche, cuando la invasión parecía inevitable, y todos estaban dispuestos a dar batalla, de entre medio de la roca, surgió un ejército de hadas y elfos que hicieron desaparecer la flota enemiga, y los estupefactos testigos sintieron un estremecimiento bajo sus plantas.
Los acantilados habían aumentado de tamaño.
Dicen por ahí, que desde hace ya mucho tiempo, nadie piensa en una invasión a Erín, porque son famosas las huestes que habitan sus rocas, tragándose al enemigo y deglutiéndolo en las duras entrañas.
Viviana Álvarez

lunes, junio 26, 2006

ACASO


Quisiera que tu amor
se desgranara lentamente
sobre mi corteza.
Que tus manos
recorrieran mis continentes.
Que tu boca
se saciara
en mis océanos.
Quisiera que tus brazos
se aferraran
a mi cuerpo.
Tal vez quiera el
acaso
que un día tu piel
transpire junto a la mía.

Viviana Álvarez


domingo, junio 25, 2006

porque arrojé piedras al ocaso

porque arrojé piedras al ocaso
implorándole respuestas mudas
fenecidas ansiedades copulaban
entre árboles
cuando tu piel fue distancia
y tu voz acalló entres espinas

Viviana Álvarez



TO MY KING (A MI REY)


Y si al llegar al claro, luego de haber caminado por horas bajo la lluvia. Y si cuando arribe, entre el viento que tenaz me susurra fábulas maravillosas. Y si luego de cruzar el lago, sorteando las malezas que lastiman la piel y el alma. Y si tras haber pasado días de frío, hambre y penurias inconfesables. Si luego de haber luchado con enemigos que blandían sus crueles espadas a la luz de la luna, haciéndolas parecer espeluznantes aparecidos de quién sabe qué historia contada antaño por los bardos de mi pueblo.
Si al arribar con el alma atestada de pesares por el largo trajín que los siglos que se acumulan. Si supiera de antemano que encontraría mi pueblo de elfos allende el bosque. Mi querido y ansiado pueblo que alguna vez me amparó tras otro de mis largos viajes buscándote. Una búsqueda que lleva tiempo, pasión, ilusión de hallarte y esperanza de encontrarte. Porque sé que no nos has abandonado, que tu partida es provisoria, que retornarás mágico y valiente. Dándonos lo mejor de tu alma. Deseo pensar en ti de esa manera, que has de volver a tu gente. porque sabes de nuestro desamparo y carencias desde que te llevó la barca. Sé que las reinas te cuidaron, que fuiste tratado como mereces, pero aún ansío que la profecía pronunciada cuando tomaste el reino, se realice.
Tengo la urgente esperanza de que retornes, junto a tu misericordia y valentía para seguir protegiéndonos. Que vuelvas a tu pueblo que a través de los siglos te respeta. Porque no volverá a nacer otro . Oh! Mi amado rey Arturo, susúrrale al oído a Merlín para que despierte de su letargo y nos devuelva tu fuerza, para que Excalibur imparta justicia de tu mano y nos liberes de los fantasmas que desde tu partida nos han invadido, pero que gracias al recuerdo que nos dio fuerzas a través de los siglos, no lograron apoderarse de nuestra voluntad que te pertenece y esta aguardando que retornes para estar nuevamente a tu servicio.

Viviana Álvarez



UNA PINCELADA



Recortaría al pasado horas calladas, el perfume de un beso, sensación de lluvia, tantas noches oscuras.
Quedaría en mi alma, lobo sin dueño, el roce de una mano, pasiones libertinas, sudor compartido, algún nombre lejano.
Tatuaría tu risa, la cópula urgente, sábanas desprolijas, las copas de vino, un rincón olvidado.
Incienso y lavanda, las uvas, tu sexo, mi entrega.
Tu olvido.
Viviana Álvarez

CARTA DE PRESENTACIÓN



Me quedaré entonces con mi locura consecuente. Por creer en duendes, algunos me llaman loca. Ah!, efímeros humanos, pragmáticos y terrenos. Por buscar la lógica, pierden la belleza de lo que desconocen. Y se proclaman jueces de nosotros, los locos.
¿Quién dibujó el límite que nos separa de ellos?
Carentes de iniciativa, reniegan de la rebeldía y siguen arcaicos preceptos que evitan su crecimiento.
Pobres almas encerradas en pertrechos de carne humana, sin conocer siquiera el significado de semejante término. Nadan en profundidades de permisos y preconceptos.
Temen al alto vuelo que tenemos los locos.
Jauría de carencias que llaman formalidad. Si llueve no se mojan porque amar la lluvia resulta de anormal. Ni se abrazan muy seguido porque no es la norma social.
Tampoco se aman como EL FLACO (¡qué locura decirle así al Señor que está en los Cielos!) nos enseñó. En algún cruel recodo de sus vanos caminos olvidaron que no es necesaria la iglesia si se Lo ama de verdad.
Parece ser de locos, también reírse con sinceridad, carcajadas al viento, espontánea muestra de felicidad.
Más asimilé en esta senda, a elegir mis decisiones, aprender si me equivoco, disfrutar si acierto el rumbo, llorar si tengo ganas, reír hasta que duela el cuerpo.
De elecciones hablo muy seguido, recuerden que estoy loca, y por este estado de conciencia alterada, imagino paisajes, historias y algún que otro personaje, que gracias a la locura que Dios me regaló, puedo plasmar en papel.
Hablar siendo sincera también está mal visto, cultivar el niño interno es potente signo de inmadurez. Si no soy pera ni manzana, ¿por qué he de madurar?
Mi camino está trazado, he de ser loca para siempre, y si algún formal no me toma seriamente, desdichado ser! Ha de quedar anclado en este páramo de mediocridad y sensatez.

Viviana Álvarez


Irremediablemente

sábado, junio 24, 2006

miércoles, junio 07, 2006

MI CARTA



Lanús algún día de 2002



Camine un difuso trayecto, anduve por hoscos atajos. Te buscaba. En un hondo escondrijo de mi alma, que lleva tu nombre grabado a fuego, siempre habitó la esperanza de encontrarte. Despertarte.
Ya es hora de tu regreso.
Ha sido demasiado largo tu letargo y el universo por fin te reclama. Espero hayas sanado y te encuentres en condiciones de volver a tutelarnos. Como antes, nuestro guía. Llevo épocas aguardándote, pero se que no ha sido en vano.
Debo contarte algunas cosas para ponerte a tono con la situación.
Existe como siempre el mal, pero ha cambiado de forma. Ahora no son espadas filosas, sino hambre y desolación. La denigración ha llegado a un extremo intolerante. Gente sin techo, niños famélicos, dragones de metal que lanzan fuego purulento sobre poblaciones enteras y las exterminan con un solo soplido. Es imperativa tu venida. Junto a los caballeros, para librarnos de este infierno.
Amado Rey Arturo, dile a Merlín que apure los trámites de tu vuelta.
Es hora de que Excalibur esté nuevamente en tus manos para distribuir la justicia que hasta ahora nos es vedada.


Tu dama


Niniane (Viviana)

jueves, junio 01, 2006

miércoles, mayo 24, 2006

COPULAMOS PALABRAS

Copulamos palabras
nos apareamos entre paréntesis
y puntos suspensivos
hasta parir un poema
orgásmico
entre sustantivos,
comillas
y la obscena lascivia
del párrafo
inconcluso

Viviana Álvarez

SALLY O´CONNOR DE DUBLIN


Cuentan en Erín que los elfos son, como todos los seres mágicos, criaturas vehementes. Al igual que las hadas, se conocen diversas categorías. Los elfos oscuros que no son en absoluto amigables, los de los árboles (no necesito explicarte), los knockers, que habitan las profundidades de las minas y cuidan de los mortales que allí trabajan, bendiciendo con algún tesoro a los hombres que los ayudan. No te recomiendo encontrarte con los bloody cap o gorro sangriento, pequeños no muy bellos y con un sugestivo gorro rojo, que se dice tiñen con la sangre de sus víctimas.
Pero no te asustes, no todas las especies son de temer. Los existen de mediana estatura y bellos, con sus orejas en punta, hábiles para la música, poetas, y los más amigables para los humanos. A veces demasiado.
Es famosa en Dublín la historia de Sally O’Connor, una jovencita muy buena y maravillosa persona, que vivía en los lindes de un bosque allá por el siglo dieciocho. Ten presente que no a todo el mundo se le presentan o les dirigen siquiera la mirada estos seres.
Sally solía pasear por los endrinos, cantando tonadas que le había enseñado su abuela, quién a su vez las aprendió de su abuela, quién a su vez las recibió de la suya, y seguiríamos así hasta llegar a los primeros habitantes de la isla. Su voz no era para nada melodiosa, pero su corazón era transparente como el cielo sobre los acantilados.
Cuentan que los paseos de Sally eran diarios y que pasaba horas en los bosques, cantando, juntando flores, recostada en el pasto, jugando con los mirlos, soñando. Una de esas tardes, cuando el sol se ponía, una silueta se dibujo a contraluz. Largos cabellos, medianamente alta, parecía un príncipe.
Grata fue su sorpresa, cuando reconoció a un elfo, que la contemplaba extasiado, maravillado y perdidamente enamorado. Lughnashdin, tal era su nombre, se arrodilló ante ella y tomándole las manos dulcemente, le pidió que fuera su esposa. Sallly no dudó, pues también estaba maravillada y perdidamente enamorada de él.
La historia fue cantada por los bardos y hoy tiene una tierna canción que dice que vivieron en el bosque dorado, que tuvieron dos preciosos hijos, mitad elfos mitad humanos y que Sally sigue entonado las canciones aprendidas de su abuela, cuando sale a pasear junto a su familia.

Viviana Álvarez

BITÁCORA DE VIDA


Atravesó el páramo sin rumbo fijo. Se dirigía a ninguna parte y a todas. La brújula había dejado de funcionar hacía tiempo.
Inciertas aspiraciones surgieron entonces. Hubiera sido alguien de renombre. Hubiera formado familia. Hubiera expresado sentimientos.
Todo quedaba en el limbo de lo no realizado. En la larga lista de pendientes.
Pero no quedaba tiempo.
Todo era borroso. Un mar obstruía su visión. Le pesaba el corazón.
Ya no había nada que hacer.
Excepto ir irremisiblemente hacia el filo del más allá.
Viviana Álvarez

jueves, mayo 18, 2006

ALETEA EL DOLOR

ALUMBRAMIENTO



Una luna (ajena), se suicida en un cielo dracónico. Silentes estrellas conjugan sombras. Gira enloquecido el carrusel de claroscuros que todo gobierna.
Y las almas se entrelazan,
copulan y alumbran nuevas pasiones.
Viviana Álvarez

LA VOZ DIJO

La voz dijo:
“Gozad de los dones con que
habéis sido dotados”

Los cielos temblaron en índigos otoñales. Densa negrura cubrió el llano de almas crucificadas. Nadie lloró, sólo rezos. Delgados susurros de gargantas oprimidas. El pánico trepó desde la simiente hasta las frías inmoralidades. Una vastedad de maldades recurrentes, atenazó el lugar. Sombría procesión, desvariante de cordura y ansias. Cada cuál con alforjas sin sol. Con esperanzas sembradas en surcos agotados. Esqueletos dando batalla a malogradas ilusiones.
Luces oscuras sobre diáfanos pesares, acalló el día antes de ahora.
Ahora...
“Gozad de los dones con que habéis sido dotados”...
Fantasmal llega la premisa. Turbio designio lanzado en el páramo de un alma vacía.

Demasiado tarde.

domingo, abril 30, 2006

SUSPIROS NOCTURNOS


Mil ojos de noche observan el cansancio y la pesadez, párpados y pupilas. Mil ojos de noche estudian las respiraciones y sus lenguas nos lamen las pieles. Manos flacas, flageladas de escorias y huesudas, acarician los cuerpos tibios bajo las frazadas. Cuerpos proclamados se acuestan en las sábanas rasadas y manosean nuestras corazas interminables.
Dormidos e inconscientes, copulamos y besamos y gemimos.
Nos retorcemos, maldecimos de placer, nos torneamos,
Nos caemos y giramos,
Damos vueltas por la cama, por la alfombra, sobre la mesa, de espaldas y parados.
Respiramos entrecortado, abriendo los ojos para darnos cuenta, que estamos solos.

Con el gato.



Viviana Álvarez

SOBRE LA PRESENCIA DEL DIABLO EN LA TIERRA


El diablo se apersonó en la Tierra con un séquito de infieles. Se mezcló entre los mortales con el fin de estudiar de cerca sus costumbres. Solía vérselo en un antiguo bar de la calle Defensa tomando whisky hasta el hartazgo. Aclaremos en este punto que la ebriedad fue una de las costumbres aprehendidas.
A menudo salía con su tropa, unos diez o quince tipos (porque habían adquirido forma humana) sombríos y delgaduchos. Cuando andaban en patota, se envalentonaban, entonces buscaban gresca. Iban a los boliches de onda y sembraban discordia entre la muchachada. Cuando estaban al borde de las trompadas, desaparecían entre sarcásticas carcajadas.
Muchas veces se lo vio solitario por Corrientes, buscando algún prostíbulo donde saciar sus apetitos. Los humanos y los propios.
Pero no tenía suerte.
Hasta las putas se daban cuenta que era mal bicho y no querían atenderlo. Era cuando usaba sus argucias seduciéndolas con palabrejas encantadoras y promesas de futuro, que las pobres se creían a rajatabla. De más está decir, que una vez realizada la cópula, el fulano se borraba e intentaba por otros barrios.
A veces se convertía en aire y entraba por la boca de alguien que andaba papando moscas. Así estudiaba el interior de las gentes.
No podemos negar que era ingenioso.
Un día se le ocurrió mezclarse entre los oficinistas de Florida en hora pico. Los persiguió, trató de charlar con alguno que otro. Pero nadie lo registró. Claro, andaban como locos. Corriendo para depositar en los bancos, llegar a la compañía de seguros, otros que se les había hecho tarde.
Aquello era un pandemonium. El pobre demonio, trastabilló y dio con los cuernos contra el piso, donde tacones de señoras y señores, lo usaron de alfombra.
Cuentan los infieles que el sobre donde lo despacharon, pasó por debajo de las puertas del averno.

Viviana Álvarez

domingo, abril 23, 2006

PLEGARIA CAIDA


Un enjambre maléfico de pronto lo hizo capitular. Zumbaron sus oídos, le tembló la voz.
Al principio fue la bondad y la alegría, creó para sí un mundo dicroico ensamblado en una madera balsa. Luego se iluminó de amor para sus semejantes. También editó una luz carismática que usaba como halo alrededor del cuello.
Y así derrapó la vida, por quimeras y cervezas en villas de Caraza.
Mudando de afectos como de hábitos, caminó su redención a la santidad. Pero una de esas noches ginebrosas , climaxtologico y erecto, se dejó vencer.
Cayó sin ruido ni lágrimas.
Postergado por el impenitente que lo vino a buscar.

desde que tu amor me ilumina

viernes, abril 21, 2006

SÍNODO DE DUENDES Y OTRAS HIERBAS



Por alguna antigua conjura o descuido, las cosas no salieron bien.
Los bosques albergaban diferentes barrios de elementales, que incluso solían mezclarse en la taberna fundada dentro del viejo roble. Justo al borde del arroyo. Estas tertulias duraban hasta que el sol doraba los campos, cuando los mortales salían a las faenas.
Ese era el momento más preciado.
Podían treparse a sus carretas y mezclarles los elementos de labranza, esconder los magros almuerzos, o peor, tomarse todo el hidromiel. Los humanos estaban acostumbrados a estas correrías, pero esta última, los enfurecía. Sabían que eran ellos.
Más como no podían verles, golpeaban el aire e insultaban al cielo y la tierra, muchas veces les maldecían a voz en cuello. Los pobres nunca supieron del poder de las palabras proferidas e ignoraban cuán vengativos podían ser estos seres.
En la vieja Irlanda, existen muchas leyendas sobre estos desafíos, que solían terminar bien. Un antiguo libro, resguardado en los sótanos de una vieja iglesia, ampara los más poderosos conjuros para librarse de ellos. Este de grimorio, data del principio de los tiempos. Fue guardado allí luego de un concilio entre humanos y elementales, que llegaron al acuerdo de no molestarse nunca más.
Pero este término abarca, para los seres mágicos, toda la eternidad y eso es demasiado tiempo. Y comenzaron a aburrirse.
También fueron muriendo los hombres que habían estado en aquel cónclave.
Existe por allí la historia de un mortal que los desafió. No es de fuente muy segura, pero el boca en boca la convirtió en tradicional cuento en las sobremesas.
Por azares de la omisión voluntaria, el nombre del protagonista, no trascendió. Inciertamente se sabe que vivía en uno de los condados del Oeste, muy cerca de la mágica taberna, en una finca también incierta.
El pobre tipo estaba cansado de las fechorías de los invisibles, que iban desde destaparlo en las frías noches, robarle todos los víveres hasta ponerlo en situaciones harto indecorosas cuando estaba trabajando. Esto fue así durante décadas.
En pocas palabras, lo habían tomado de punto, nunca se supo por qué.
Llegó el día en que nuestro irlandés, harto de tantas bromas macabras y risas sin rostro, planeó la venganza. En nuestra lengua castellana, algún sinónimo para venganza es resarcimiento, penitencia.
Por viejas artes heredadas de sus mayores, convocó a La Gran Ban Shee para exponerle el problema e intentar que fuera juez de la situación. Esta hada, en algunas ocasiones, muy especiales, fallaba a favor de los humanos.
La suerte estaba echada. Se convocó el gran sínodo.
Cada parte hizo su descargo, sabido es que los gnomos suelen tornarse desagradables si se los hostiga y arguyeron que el hombre lo hacía todo el tiempo, que había intentado incendiar la taberna, ahogarlos y miles de farsas más. Por un encanto, el desdichado irlandés perdió el habla, no pudiendo esgrimir su defensa.
La Gran Ban Shee, fue implacable. (Tampoco debemos olvidar que ella es del bando de los elementales).
Trece siglos han pasado.
Desde entonces la puerta de la taberna luce, en impecable piedra gris, la estatua de un labrador implorando piedad antes de su penitencia.




RELATO DE LA MAGIA Y UN HOMBRE


Esta es una lejana historia, que los chamanes del pueblo de Mandinga (nombre extraño para un pueblo si los hay), siguen relatando en la actualidad. Vamos a recordar primero, que este pueblo, está ubicado en algún lugar de algún país de nuestra maltratada América.
Se dice que hace ya mucho tiempo, un pastor encontró un almirez en las almenas de una casona abandonada. Esto no tendría nada de extraño, si no fuera porque el recipiente, estaba lleno de un líquido rojo y en su fondo, una piedra pardusca. Nuestro pastor, casi hipnotizado por los fulgores del líquido, lo llevó a su casa, guardándolo sobre un destartalado mueble.
Dicen que su vida continuó como de costumbre, cuando no estaba ocupado pastoreando sus pocas ovejas, se ocupaba en el trapiche que tenía en los terrenos del fondo, pasando una y otra vez las malvasias que crecían por doquier.
Extraía un vino riquísimo que comerciaba en los pueblos vecinos con muy poca ganancia. Pero la vida de nuestra gente, siempre fue más de lo mismo, aún en nuestros días.
Mucho trabajo, malas condiciones, poca ganancia.
Cuando no trabajaba, se sentaba en el pasto bebiendo guarapo hasta dormirse la siesta obligada.
Una noche, luego de la pobre cena, recordó de golpe, el recipiente encima del mueble y lo bajó. Casi de muere del susto, cuando notó que la piedra había cambiado de forma y tamaño. Sin dudarlo, se fue a la casa del sochantre (porque el cura venía una vez por mes) a contarle. El pobre hombre no supo qué decirle. No tenía idea de que se podía tratar, por lo que le recomendó visitar al viejo chamán al día siguiente.
Así lo hizo.
El anciano (en realidad nadie sabía su edad pues las tenía todas, y vivía en Mandinga desde siempre) fue a la casa del pastor y observó el recipiente con su líquido y su piedra. Luego de un buen rato, dijo:
- Hijo mío, esto es un anuncio en tu vida. Primero deberás trasvasar el líquido a una paila y dejarlo dentro de tu casa. Luego de un tiempo, no sé cuánto, tendrás una desgracia que se verá compensada con creces por una ganancia inmensa. Deberás ser paciente y fuerte.-
Pronunciadas estas palabras, el chamán se fue.
Con el paso de los días y viendo que nada sucedía, el pastor se fue tranquilizando y hasta se olvidó del asunto.
Y fue en ese momento, cuando no se acordaba de las palabras del chamán, que la carcoma invadió su plantación de malvasías reduciéndola a nada. Pero además, un incendio se llevó su casa, tan sólo se salvó la paila, con el líquido rojo y aquella extraña piedra que seguía cambiando de forma y tamaño.
Desesperado (como no se acordaba lo que el chamán había predicho), lloró hasta deformarse la cara y sin parar de golpear el trallazo en la fragosa superficie de un ombú que salió ileso. Deambuló como dormido por unas semanas, durmiendo de prestado, comiendo lo que podía, hasta que decidió volver.
Allí estaban, estoicas, las ruinas del rancho, el terreno vacío y la paila.
Cuando se acercó, estaba vacía y la piedra pardusca rota. Pero, de reojo vió algo moviéndose a su alrededor.
Era una falena.

Con sus patas había traído polen, semillas y otras yerbas, que esparció por el terreno ya curado. Nuestro pastor se sintió renacer. Ese mismo día inició la construcción de una nueva casa, cuidó sus recién nacidas malvasias a las que se agregó sésamo, siguió pastoreando sus ovejas y su trapiche, lentamente, comenzó a girar con más fuerza.
Sus vinos se convirtieron en los mejores de la región y llegó a ser afamado y reconocido por sus viñedos.
Los que perduran hasta hoy.


(Cabe aclarar para algún espíritu distraído, que esto es tan sólo un cuento, la realidad Americana, sabemos, es bien distinta. Es muy difícil que un pastor llegue a famoso viñatero en estas tierras que respiran sangre y matanzas.
Por lo demás, la magia está en cada uno de nosotros.)






sábado, abril 01, 2006

REZO DE UN AVE

REZO DE UN AVE

Atravesó los campos hacia el horizonte. Procreó soledades aullando a una luna ausente.
Remontó los ojos, jadeantes de espanto, en un rezo mudo. Escuchó su alma, que ahora, justamente ahora, le devolvía sentimientos, como el mar las caracolas. Congoja incrustada derramaron sus cuencas.

Sólo congoja.

No quedaban lágrimas para expiar.
La piel envolvía una cáscara baldía.
Pretendió ser ave, pasto, alba.
Insinuó estar despojado de anclas.
Intentó elevarse, brazos al cielo.
Más su condición de humano, le recordó la ausencia de alas.
ANHELO DE LUNA LLENA

Tomar la vida a baldes sin temer acasos o porqués. Ir por la senda elegida que permita salir de su prisión cada uno de mis sueños. Que llevan nombres efímeros. Que emigran en ojos anhelados y luego no sé.
Debajo de un roble (si esto fuera posible) celebrar a la luz de la luna ceremonias de amor cada noche, perderme en tus brazos, hilvanar tu voz en retahílas perladas.
Levar mi ser al infinito de tu canto bordado en silencios, para tornar en alondra del alba. Que se desliza silenciosa entre tu corazón y tu alma.

lunes, febrero 20, 2006