V de Viviana
V de vampiro, V de Virgo,
V de vértigo.
Ella es la chica que nació en agosto
con los brotes primeros del ciruelo
y el último alarido
del invierno.
V de ventana abierta
al universo, vibraciones de vida
entre los muros,
miradas sobre el fuego
tierna vorágine
entre sábanas de lino
piel con piel, piel sobre piel,
amor y llanto.
Ella es la chica que tejió en silencio
los puentes levadizos de la noche
la que hurgueteó en los rostros
de la luna
y paseó con un gato
sobre el alba.
V de velero agreste a la deriva,
huracán sin navíos a la vista,
vicisitud de la sangre
en desvaríos de una brújula
que también es de agosto.
V de vertiente en un mar
ahogado en sueños.
Camino sin camino.
V de veredas que se fueron gestando
bajo una lluvia lila,
ínfima lluvia
que fue más de noviembre que de agosto
siluetas consteladas bajo un cielo inaudito
onírico cielo
del poema aún no escrito
V de violetas diseminadas
en el aire
umbrales violetas, humedad violeta, luz violeta.
metáforas violetas de Alejandra
vaciadas con vehemencia
en algún vaso insomne
Vastedad del decir…
V de volver, v de venir
de volver a venir
hacia la sombra
que nombra la palabra única
identidad del origen,
del secreto implacable
del ángel que la habita
desde siempre.
Volver, volver a
un pulso de límpido latido
al primigenio anhelo insospechado
al agosto interior
al duende clandestino
de sí misma.
Graciela Vodicka