miércoles, mayo 24, 2006

BITÁCORA DE VIDA


Atravesó el páramo sin rumbo fijo. Se dirigía a ninguna parte y a todas. La brújula había dejado de funcionar hacía tiempo.
Inciertas aspiraciones surgieron entonces. Hubiera sido alguien de renombre. Hubiera formado familia. Hubiera expresado sentimientos.
Todo quedaba en el limbo de lo no realizado. En la larga lista de pendientes.
Pero no quedaba tiempo.
Todo era borroso. Un mar obstruía su visión. Le pesaba el corazón.
Ya no había nada que hacer.
Excepto ir irremisiblemente hacia el filo del más allá.
Viviana Álvarez

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