¿Cómo decirte que se me hiela la sangre ante tus manos ausentes? Que son vanas las lluvias. Y no hay astro en el cántaro de las nocturnas aves, desde que tu voz silenció.
¿Cómo decirte que recorro sigilos en pos de tu piel? Y el mundo no rodea mi periferia, que yace en un rincón de la alcoba.
¿Cómo decirte, si mi canto feneció en tristezas que llevan tu silueta? Y desdibujan constelaciones que no te nombran porque enmudeció mi alma, esperándote.
Viviana Álvarez
2 comentarios:
Así como lo dices...
¿Cómo decirte, viviana, que este poema es sencillamente bellísimo o bellísimamente sencillo?
Cariños
María Rosa León
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