Escondiste tempestades en muros, supliste distancia con olvido. Arrojaste piedras a un lago que vació aguas en tu reflejo. Fuiste recuerdo de quienes no te nombraron y cuando los cuencos vaciaron fluidos, llegaron lobos a tus entrañas.
Y así se te instaló la noche.
Y así se te instaló la noche.
©Viviana Álvarez
2 comentarios:
Es un placer pasar por éste, tu hogar, y llenarme el alma con estas palabras electrónicas.
Un GRAN abrazo.
La noche si amiga, pero ojalá no sea todavía la noche de los tiempos.te abraza, Julia
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