Abandoné aquel viejo hábito de la soledad. Dejé en rincones algunos fantasmas y abrí ventanas.
Dejé paso a la luz sin desertar oscuridades, que me acompañaron desde siempre.
Intenté meandros inopinables, meridianos, encrucijadas. No pude definir derrotero, entonces anduve por atajos.
Hasta llegar aquí. La que escribe estas líneas trasnochadas y sumerge en indiferencia espinas que ya no laceran.
8 comentarios:
quisiera hacer mio este poema, abandonar el viejo hábito de la soledad... yo aún camino por atajos y espero pronto estar ahí donde tengo que estar. Saludos
Este es un buen sitio a donde llegar.
Bella forma de derrotar la soledad, abriendo las ventanas del alma.
Besitos
hermosa manera de liberar al alma de la soledad!!! muy bello tu escrito, me encanto! n.n
siempre, siempre hay una forma de seguir, aunque todo parezca triste e incierto...
saludos!!
Que lindas letras, que profundidad, es un deleite saber que existen personas que escriben tan lindo. La invito señora Viviana a que visite mi blog para que vea mis humildes letras http://rinconantologico.blogspot.com/, sería un gustazo ver sus comentarios en él, invite a quien quiera y gracias por escribir tan lindo
Preciso Viviana, ante todo el final: "La que escribe estos versos trasnochados y sumerge en indiferencia espinas que ya no laceran".
Viviana: Vuelvo a leerte después de tanto tiempo
Me gustó este poema
Un saludo grande
Precioso Viviana,un poema muy significativo y bien logrado
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